¡A 28 años de una visita ilustre!
El 21 de marzo de 1991 San Isidro Club visitó Río Cuarto para jugar un amistoso ante Uru Cure. El equipo de la URBA estaba plagado de figuras y contaba entre sus filas con los Pumas Diego Cash, Juan José Angelillo, Marcelo Lofreda, Fernando Conti y Diego Cuesta Silva. Fue una visita histórica y quienes vivenciaron esa experiencia no dudan en afirmar que se trató de un antes y un después para nuestra institución.
Pocos se detuvieron a ver el resultado final (60 a 4 a favor del elenco de la URBA). No fue el resultado lo que más importó en la visita de una las instituciones más importantes del rugby argentino. Fue la enseñanza que dejó su paso lo que más se destacó en ese momento. Y se sigue valorizando en el día de hoy.
Gabriel Abrile fue el capitán de la “lechuza” en ese partido y nos cuenta: “Para nosotros en ese momento era todo un honor. Había muchos jugadores de ellos que jugaban en los Pumas y nosotros éramos un equipo muy joven. Había gran diferencia entre los planteles y eso quedó plasmado en la cancha. Fue un partido durísimo para Uru Cure. No estábamos acostumbrados al ritmo que imponía un equipo de Buenos Aires que contaba con muchas figuras. Pero tomamos ese partido con el objetivo de pasarla bien y disfrutarlo”. Y entre los recuerdos, agrega: “Lo que más me acuerdo es el scrum. Recuerdo la dureza del primer scrum que entramos. Ahí se notó la diferencia. Pero fue una muy linda experiencia para nosotros como jugadores y para Uru Cure como institución. A partir de ahí, el club fue mejorando hasta ser lo que es hoy. El esfuerzo de ese momento se ve reflejado en la gran actualidad deportiva”.
Otro de los jugadores que dijo presente fue Mariano Acquarone, quien nos dice: “La diferencia con ellos era abismal. No es como hoy que Uru Cure le juega de igual a igual al SIC. En ese momento fue una gran emoción porque jugamos contra un grande y enfrentamos a grandísimos jugadores. Ni los podíamos agarrar. Recuerdo que corríamos y corríamos detrás de ellos. Pero fue una experiencia inolvidable porque además de jugar pudimos compartir con ellos el tercer tiempo”.